Desde
el oscuro sitio
de
la nostalgia
podemos
recordar
tú
y yo
los
días que hicieron
la
diferencia.
El
gatillo invisible
de
la miseria
siempre
apuntándonos
siempre
señalizando
el
camino más que cruel
de
la demencia.
Es
la historia de un mundo
hecho
sobre traiciones
mirando
la masa pululante
vestida
de indiferencia.
Mientras
tanto tu cuerpo
se
sigue secando
sobre
aquella maldita
cama
muerta
mientras
tanto a tu alma
le
sigue costando
volar
sin
darse tumbos
en
los suelos agrestes
de
la indecencia.
Es
entendible
que
no quieras volver.
Es
sabio que te diga
“mejor
no vuelvas”
el
mundo que creaste
no
se parece a ti
ha
cambiado su nombre
y
su silueta.
¿Cómo
no vas a morir?
Los
pájaros en jaulas,
ellos
no vuelan.
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