No
es fácil
para
nada fácil
extender
los brazos
abrir
las manos
cuando
habíamos llegado a estar
….
tan apegados.
En
la cuevita ésta
nos
fuimos arrimando
uno
al otro
fuimos
amontonándonos,
también
con nuestra basura
y
nuestros sueños.
De
manera que cada vez
se
hizo más difícil
ver
el sol, respirar, mover el alma.
Y
así no conformamos
prisioneros
tontos
y enajenados.
No
es fácil arrancarnos
de
este estado animal
que
hace su contrapeso
cada
vez más abajo.
No es fácil...pero es posible y necesario. Profunda y sentida tu poesía.Felicitaciones!
ResponderEliminarGracias compañera por estar ahí. Y por leerme, jajaja
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